lunes, 20 de abril de 2015

Preparación para un taller de constelaciones familiares

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Generalmente nos lleva a participar en un taller de constelaciones un afán de comprensión distinta a lo habitual.  Tal vez sólo llevados por un amigo o familiar o algún comentario al respecto que resuena en nosotros.   Lo único necesario es abrirse a la experiencia sin juicios.  Estar sereno para percibir y sentir lo que se presente.   Al ser elegido como representante, estar en el lugar de otro, nos permite una mirada diferente que enriquecerá nuestra percepción.
También se hace patente la cohesión que se forma con el grupo de trabajo, la confianza que se genera entre los participantes hace posible una comprensión distinta y es un punto de partida para un cambio de mirada a la propia vida, que nos permitirá vivir de otra manera.

Preparación para la propia constelación.
Si no hay una intención previa, en el taller va surgiendo el tema que necesitamos mirar para nuestro mayor beneficio y que será como la palanca para iniciar el cambio en el sistema familiar.   La pregunta tiene que ser clara y concisa, sentida.   Muchas veces esto se dilucida en la entrevista con el constelador, quién ayudara a clarificar el tema a trabajar.


La riqueza de este método es que nos da una mirada espacial que permite ver las dinámicas que no aparecen a simple vista y lo que nos dar un entendimiento nuevo del asunto tratado.

miércoles, 15 de abril de 2015

¿Qué hacer después de una constelación familiar?


Despues de asistir a un taller de constelaciones familiares aparecen dudas y preguntas, ya que para la mente es algo nuevo y cuesta comprender el método.  El trabajo es desde el alma y el corazón y el cerebro tiene que procesar la nueva información.
Comparto con ustedes unas palabras de Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, al respecto.

 “… las constelaciones familiares actúan cuando uno las deja exactamente de la manera en que las vio. Es una imagen espacial y atemporal y tiene su fuerza cuando uno las deja tal cual. Cualquier discusión sobre su contenido destruye la imagen.

Lo mismo se aplica cuando uno acaba de trabajar y alguno del grupo se le acerca después a preguntarle: ¿ cómo te ha ido?.. ¿qué harás ahora?... Lo que están haciendo es picotear su alma. Es fatal invadir de esta manera el alma de otra persona, como si tuviéramos el derecho de hacerlo. Tampoco sirve intentar consolarla. La persona es fuerte, quien intenta consolar es débil. Éste es en realidad quien no soporta el dolor del otro, porque en el fondo no quiere consolar el otro, sino que utiliza al otro para consolarse a si mismo.


No hay que interferir. La persona que ha constelado tampoco debe actuar inmediatamente. Así no funciona. La imagen tiene que descansar en su alma, a veces durante mucho tiempo, quizá medio año o más. Las imágenes ya actúan simplemente estando. El alma de la persona sabe mucho más de lo que parece. Por lo tanto la persona no sigue ni al terapeuta ni la imagen, sino a su alma, pero esta imagen ha impulsado algo en su alma que posteriormente hace posible actuar.”