lunes, 30 de enero de 2017

Orden y amor en la familia

Sanar las relaciones familiares nos da paz.

Si la madre le permite el acceso al padre, el hijo tendrá éxito.  Mamá es la vida. Papá es el mundo.”  Bert Hellinger.

Como hijos necesitamos  integrar en el corazón tanto a la madre como al padre para desarrollar una vida plena.  Para esto es necesario renunciar a nuestras  preferencias.   A veces, por nuestra historia familiar,  preferimos a papá o a mamá, esto implica que no estamos de acuerdo con cómo fueron, como padres o como pareja.    Este juicio se manifestará en nuestra vida como alguna dificultad.

Así como nuestra herencia genética es 50% del padre y 50% de la madre.  Desvalorizar o menospreciar a alguno de ellos es como desvalorizarnos a nosotros mismos.   Esto trae como resultado compensaciones profundas que salen a la luz con el trabajo en Constelaciones Familiares.                                                                      

Ordenar el sistema familiar, paso a paso,  desde nuestro propio lugar, tomando consciencia de la fuerza de los ancestros nos lleva a desplegar todo nuestro potencial.

Hay magia en las constelaciones y es poder ver las dinámicas escondidas.  Luego viene el trabajo de permanecer en la decisión de cambiar y asumir la responsabilidad que nos toca, solo la que nos toca, sin cargar  lo de otros, o culpando a otros de lo que sucede.  Este orden da lugar a que el amor fluya para el bienestar de todos los miembros de la familia.

Reflexión
-        Agradezco a mis padres por la vida tal cual me la dieron, fue suficiente… de lo                      demás me ocupo yo.  Fueron los mejores para mí.
-        Papa, fuiste el mejor hombre para mi madre.
-        Madre, fuiste la mejor mujer para mi padre.
-       Gracias por la vida y la fuerza que me vino a través de ustedes.  Haré algo bueno con          ella para honrarlos.

SER UNA BUENA PAREJA



Mas que “conseguir una buena pareja” en Constelaciones Familiares,  nuestro enfoque es cómo  ser una buena pareja, aunque antes no nos haya ido bien.  Desde niños,tenemos modelos de pareja:  en primer lugar nuestros padres, nuestros abuelos, tal vez alguna pareja cercana que nos gustaría replicar.  Lo cierto es que para ser una buena pareja es necesario primero:

  • Tomar a los padres tal cual son, sin reclamos, primero a la madre, luego al padre y luego a los dos a la vez, como pareja y como padres, renunciando a nuestros juicios, nuestras preferencias.
  • Muchas veces, significa también, después de aceptarlos tal cual son, pedirles permiso para vivir diferente, renunciando a lealtades inconscientes que nos perjudican.
  • Decirle si a la vida con todo lo que trae, incluyendo a todos “Todo lo que es tiene derecho a ser”
  • Agradecer a las parejas anteriores lo que recibimos de ellos y del mismo modo asumir nuestra responsabilidad en la relación como quiera que haya sido.
  • Si hubo hijos decirles:  “nuestro amor sigue vivo en nuestros hijos”

De esta manera ponemos en orden nuestros afectos y quedamos libres y listos para ser una buena pareja.  Es un proceso, es un trabajo donde vemos los resultados rápidamente pues al ser un trabajo sistémico, veremos también cambios a nuestro alrededor y comprobaremos que es verdad aquello de “Si cambias de actitud el mundo cambia.”