miércoles, 29 de marzo de 2017

LA BUENA Y MALA CONCIENCIA





Buena conciencia     tengo buena conciencia cuando vivo igual a mi familia, me da un sentido de pertenencia, me hace inocente y seguro.

Mala conciencia     cuando vivo diferente a mi familia, en cierta forma me siento excluido, no perteneciente, me da culpa.   Esta culpa es buena porque amplia mi ámbito de acción y me da nuevas posibilidades que alcanzan también a mi sistema familiar.   A veces algún miembro de la familia se va a vivir lejos en cierta forma para salir del marco de acción de su familia, lo que siente es en realidad una auto exclusión y las exigencia de pertenencia permanecen en su corazón.   Atravesar esta culpa nos libera, nos ayuda decir en el corazón:

“papá, mamá denme su bendición cuando viva  diferente a ustedes”


Fuente:  Bert Hellinger

martes, 14 de marzo de 2017

SOBRE LA VOCACIÓN



Unas líneas que escribe Joan Garriga sobre la vocación,  que nos dicen que a veces es bueno no saber y dejarse guiar, sin embargo no tener una misión definida tiene sus bondades… nos da un sentido de ligereza:
A algunas personas les cuesta orientarse en momentos clave de la vida, les cuesta permanecer en el no saber, esperar, saber no saber, aguardar la señal que indica el norte; y, cuando saben, no siempre les resulta fácil poner toda la carne en el asador, tomar la determinación debida, arriesgar y tensar el arco. En el ámbito de la profesión y la vocación, hallamos que algunas personas tienen una clara propensión hacia lo que las mueve, y lo reconocen claramente; no pueden hacer otra cosa, a riesgo de sufrir. Están tocadas por una misión y un talento: la música, la biología, el arte, la medicina, la construcción, la jardinería... Tales personas cuentan con la ventaja de que no pueden hacer más que lo que constituye su vocación, y si no lo hacen pagan un alto precio en frustración y amargura. Otras, en cambio, no tienen una vocación definida ni una misión fija, lo cual conlleva desventajas, pero también ventajas, como la de que pueden hacer muchas cosas distintas, en un abanico flexible y plural, y no se sentirán tan fácilmente frustradas (sólo perdidas o desorientadas a ratos). Sin embargo, nunca sentirán con fuerza la bendición de ser arrastradas por ese movimiento irresistible en el que parece que la vida toma las riendas hacia una inapelable vía, y no queda otra que rendirse a ella y aceptarla. Quienes viven su vocación y dejan de resistirse y se entregan a ella, lo viven como una bendición y un servicio. Se sienten guiados. Y quienes no experimentan una vocación y una misión definida pero asienten a ello, quizá no se sientan tan guiados, pero se experimentan favorecidos, libres y ligeros.”

Joan Garriga
Del libro "La llave de la buena vida"

jueves, 2 de marzo de 2017

PREGUNTAS


“La vida es un conjunto de preguntas, que tienen la semilla de la respuesta y que a su vez, está embarazada de otras preguntas”
  George Senoner
                                                     
     1. ¿Qué sientes que siempre has merecido y hasta ahora no tienes?
2. ¿A quién te parecerías menos si logras    ese objetivo tan ansiado y difícil de  lograr?
3.   ¿A cuál de tus padres prefieres? 

      ¿Con cuál te identificas?
4.   ¿Qué no te gusta de tu padre?
5.   ¿Qué no te gusta de tu madre?
6.   ¿Qué te gusta de tu padre?
7.   ¿Qué te gusta de tu madre

     1.   Si tu respuesta es afirmativa, en alguna parte de ti todavía te sientes víctima de la vida, del destino, de tus padres, de ti mismo…  Preguntarse en qué medida soy responsable de lo que pasa ayuda a liberarnos.  Asumir la propia  responsabilidad, decir “así fue” y partir de ahí nos permite tomar la vida de otra manera.

    2. En el fondo necesitamos ser leales a  nuestros padres, a una abuela, a alguien en nuestro sistema familiar, por amor seguimos sus esfuerzos, su fracaso, su tristeza…su agresividad…

   3. al 7.   Reflexionar sobre estas preguntas nos ayudará a encontrar otra dimensión a la relación que tenemos con nuestros padres, no importa si viven o no.   Es la idea que tenemos de ellos lo que a veces nos limita.  Al verbalizar nuestras preferencias nos sorprenderá el resultado.

   El proceso de constelaciones familiares nos permite tomar nuestro lugar en el sistema familiar.  Encontrar nuestro lugar de mayor fuerza ocupándonos únicamente de lo que nos corresponde.  Esto nos libera y a la vez nos permite ser más empáticos con todos.