-Rilke
decía nosotros no nos amamos como las flores,
sino que asciende en nosotros una savia inmemorial es decir que en nuestras parejas esta presente de alguna
manera el modelo e la pareja de nuestros padres, abuelos, bisabuelos… lo que quedo pendiente, lo qué no se resolvió también esta presente.
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Qué bendiciones, qué legados nos entregan. Qué forma parte de este sistema a lo
que no se ha podido dar un lugar claro?
Algún secreto, algún miembro de la familia que ha sido excluido.
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Cuando hay separación de las parejas, el amor que hubo sigue vivo en los hijos
y con esta conciencia y agradecimiento se sigue adelante en la vida dándole a
cada cual su sitio.
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El orden es más importante que el amor.
El amor no basta. Cuantas veces a pesar de lo que amamos a nuestra
pareja, a los hijos, hay dificultades.
Donde hay orden, fluye el amor.
Este orden empieza por honrar la unión de los padres que nos dieron la vida. Al tomar la fuerza de ambos padres, estamos
completos y así podemos acercarnos a otro para dar y recibir amor, para ser
pareja primero y luego formar una familia.
-Aprendemos
a amar y a estar en pareja en nuestra familia de origen. Buscamos a otro para amarlo, ser amado y
formar una nueva familia. Sin embargo a
veces por mas esfuerzo que le ponemos, no logramos dejar atrás patrones que
hemos vivido y no queremos repetir.
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Al ver en las imágenes que nos brindan las constelaciones familiares las dinámicas ocultas que rigen el sistema familiar, podemos dar un
lugar a personas excluidas o situaciones no vistas y así restaurar el orden en
el sistema, que permita una mayor bienestar a los miembros del sistema
familiar.