martes, 26 de agosto de 2014

PRINCIPIOS EN LAS CONSTELACIONES FAMILIARES



Bert Hellinger plantea que para que haya orden y equilibrio en los sistemas familiares es necesario que se respeten  tres principios fundamentales.

       1.   El principio de pertenencia.  Todos y cada uno tienen derecho a pertenecer a su sistema familiar.  Cuando excluimos a alguien estamos excluyendo parte de nosotros mismos.
Todos tenemos necesidad de pertenecer a  nuestro sistema familiar y sentirnos incluidos.   Pueden existir razones para excluir, por ejemplo, al que hizo algo que va contra las reglas del sistema. Por ejemplo antes se excluía a las mujeres que tenían hijos sin casarse, a los homosexuales, a los que no seguían los códigos familiares.  El delincuente, a pesar del delito cometido,  sigue perteneciendo a la familia.  Cuando hay alguien excluido todo el sistema sufre y lo más probable es que se produzcan implicancias.  Estamos implicados en el destino de personas que desaparecieron de nuestra familia porque se les olvidó o se les excluyó.   Al hacer la constelación y poner en orden el sistema los asuntos pendientes empiezan a solucionarse. En una constelación familiar surge a la luz a través de los representantes quienes son los excluidos y como se pueden reintegrar en la familia, así se alivian los miembros del  sistema.

      2.  El principio de jerarquía.  En un sistema los que estaban primero tienen prioridad sobre los que llegaron después.  Esto es fundamental y también aplica para las parejas anteriores.  Aunque no haya habido unión formal,  si hay un hijo, la pareja anterior tiene un lugar en el sistema, el lugar que le corresponde.  Por ejemplo, si una mujer ha tenido un hijo con su primera pareja y luego se casó y tuvo tres hijos.  Así como su primer hijo es el mayor de los hermanos, la primera pareja tiene el primer lugar y el marido tiene el segundo lugar. Lo mismo si ha habido un aborto, espontaneo o provocado, el bebe no nacido tiene su lugar entre los hermanos.  Al reconocer esto  se restablece el orden.

     3.  El principio del equilibrio entre el dar y el tomar. Tomar es distinto de recibir, al tomar uno se apropia de lo que le es dado, el recibir es un acto pasivo. En todas las relaciones tiene que haber un equilibrio entre el dar y el tomar. Se rompe el equilibrio cuando se da mucho y se toma poco o nada.  El que toma mucho se agranda y quita dignidad al otro.    Se rompe también el equilibrio cuando no se quiere tomar porque no se quiere asumir el compromiso y estar en deuda.

Entre padres e hijos es distinto,  los padres dan la vida y eso no tiene compensación.  El agradecimiento es tomarla y reconocer a los padres como más grandes.  Me quedo con la vida y los honro por eso.