Sanar las
relaciones familiares nos da paz.
Si la
madre le permite el acceso al padre, el hijo tendrá éxito. Mamá es la
vida. Papá es el mundo.” Bert Hellinger.
Como
hijos necesitamos integrar en el corazón tanto a la madre como al padre
para desarrollar una vida plena. Para esto es necesario renunciar a
nuestras preferencias. A veces, por nuestra historia familiar,
preferimos a papá o a mamá, esto implica que no estamos de acuerdo con
cómo fueron, como padres o como pareja. Este juicio se
manifestará en nuestra vida como alguna dificultad.
Así como
nuestra herencia genética es 50% del padre y 50% de la madre.
Desvalorizar o menospreciar a alguno de ellos es como desvalorizarnos a
nosotros mismos. Esto trae como resultado compensaciones profundas
que salen a la luz con el trabajo en Constelaciones Familiares.
Ordenar
el sistema familiar, paso a paso, desde nuestro propio lugar, tomando
consciencia de la fuerza de los ancestros nos lleva a desplegar todo nuestro
potencial.
Reflexión
- Agradezco
a mis padres por la vida tal cual me la dieron, fue suficiente… de lo demás me ocupo
yo. Fueron los mejores para mí.
- Papa,
fuiste el mejor hombre para mi madre.
- Madre,
fuiste la mejor mujer para mi padre.
- Gracias
por la vida y la fuerza que me vino a través de ustedes. Haré algo bueno
con ella para honrarlos.