Durante el proceso de trabajo con constelaciones sisteméticas, es
importante conservar cada día las imágenes y palabras que nos han impactado
como impulso al cambio, conservarlas en el corazón especialmente cada noche,
para dormirse en la actitud de aceptación y reconciliación y esto nos da fuerza y hace posible el cambio.
Después es importante soltar, los movimientos que se han visto en la
constelación, ya sea en taller o en individual, necesitan tiempo y espacio para actuar,
tenemos que confiar en ese movimiento.
Los cambios entre la persona y su perspectiva del presente, de su propia
vida y por otro lado en las relaciones con los ancestros.
Lo que se nos pide para que el resultado sea mayor en cuanto a la ley del
equilibrio entre el dar y recibir. La
constelación nos ha dado y nos toca devolver para que la eficacia sea la mayor
posible. Se trata de vivir la filosofía
de las constelaciones, los órdenes del amor.
Este trabajo más que una terapia,
es una filosofía que nos exige cambios profundos. Entre ellos: Renunciar al pasado, a la
dependencia, al deseo de venganza, respetar
a todos y en el presente total, asintiendo a la vida como es. A la propia vida y a la de los demás.
Esto es la base de la filosofía de las
constelaciones familiares y nos pone en conexión con algo mayor, con la totalidad. Más allá de lo que podamos entender. Así, tendremos resultados concretos en la
vida, nos daremos cuenta que estamos en el camino correcto.*
*fuente: Brigitte Champertier de Ribes