En estos tiempos inciertos, difíciles, nos dará calma volver a lo básico. Sentir que tenemos en nosotros la fuerza de vida que nos viene de lejos, a través de nuestros padres, que somos parte de algo mas grande, del río de la vida, que hay un orden superior que lo dirige todo, (cualquiera sean nuestras creencias) nos pone en nuestro lugar de mayor fuerza para desarrollar nuestros talentos y potenciales cuánticos. Ese lugar es sentirnos verdaderamente hijo de nuestros padres:
CÓMO TOMAR A LOS PADRES
“El que está en conexión con su madre brilla”
“Tomar al padre nos da la fuerza
para la realización profesional.” B. Hellinger
Sabe mos que desde la mirada de las constelaciones lo principal para estar
bien en la vida es tomar a los padres, la madre se nos da la abundancia, el padre
nos impulsa a lograr nuestros objetivos.
Estar en paz y en un buen vivir, viene de aceptarlos tal como fueron.
Sentir y saber que fueron tal como fueron y que son seres humanos
imperfectos. “los tomo tal como fueron y
del resto me ocupo yo” dice el adulto que se hace cargo de su vida.
Y esto es un proceso, muchas veces nuestras emociones más profundas están
escondidas en el inconsciente, lo que Jung llamo la sombra, lo que también somos
y creemos que no somos. Entonces a
veces decimos “si, yo todo normal con mi madre y mi padre” y con una mirada interior más profunda
aparecen aspectos que no habíamos considerado.
Hellinger también decía que el trabajo con la madre es diario.
He aquí algunas preguntas para ayudar a descubrir lo que nos falta sanar en
la relación con nuestros padres. Es importante saber cómo los hemos interiorizado
pues eso nos dará la seguridad que necesitamos para avanzar en la vida.
¿Qué expectivas tienes para con ellos? O con alguno de los dos.
¿Sientes que estas a cargo de tu mama o tu papa?
¿Te gustaría que fueran diferentes?
¿Estás seguro que sabes los cambios que deben hacer?
¿Necesitas su aprobación para tomar tus decisiones?
El trabajo en constelaciones nos acompaña en el proceso de encontrar estas respuestas y tomar plenamente nuestro lugar de hijo/a.
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