Para vivir un gran amor,
se necesita mucha concentración y mucha sensatez,
mucha seriedad y poca risa – para vivir un gran amor.
Para vivir un gran amor,
es menester ser un hombre de una sola mujer;
pues ser de muchas, ¡vaya! Eso es fácil…
No tiene mérito alguno.
Para vivir un gran amor,
primero es preciso consagrarse caballero
y entregarse a su dama por entero, no importa cómo sea.
Hay que convertir el cuerpo
en una morada donde se encierre a la mujer amada
y luego apostarse afuera con una espada- para vivir un gran amor.
Para vivir un gran amor, os cuento,
es necesario prestar atención a los “viejos amigos”,
que por querer acapararnos, pueden estropear el gran amor.
Hay que tener muchísimo cuidado
con cualquiera que no esté enamorado,
pues quien no lo está, está siempre preparado
para fastidiar el gran amor.
Para vivir un gran amor, en realidad,
hay que convencerse de que la verdad
es que no existe amor sin fidelidad – para vivir un gran amor.
Pues quien traiciona su amor por vanidad
es un desconocedor de la libertad,
de esa inmensa, indivisible libertad que trae un sólo amor.
Para vivir un gran amor,
“il faut”, además de ser fiel
ser un buen conocedor del arte culinario y del judo
-para vivir un gran amor.
Para vivir un gran amor perfecto,
no basta sólo con ser un buen sujeto;
es preciso también tener mucho pecho -pecho de remero.
Es preciso mirar siempre a la persona amada
como a la primera novia y a su viuda también,
amortajada en su amor muerto.
Es muy necesario tener preparado
crédito para rosas en el florista
– ¡mucho, mucho más que en la modista! –
para complacer al gran amor.
Pues de lo que el gran amor quiere saber,
es de amor, de amor sin medida;
después, un tutuzinho com torresno es un punto a favor…
También puntúa saber hacer cositas:
huevos revueltos, gambas, sopitas, salsas, strogonoffs
– comiditas para después del amor.
¿Y qué hay mejor que ira a la cocina
y preparar con amor una gallina con una rica y sabrosa farofinha,
para tu gran amor?
Para vivir un gran amor
es muy, muy importante
vivir siempre juntos y hasta ser, en lo posible,
un solo difunto, para no morir de dolor.
Es necesario un cuidado permanente,
no sólo con el cuerpo sino también con la mente,
pues cualquier bajón tuyo, la amada lo siente –
y se enfría un poco el amor.
Hay que ser muy cortés sin cortesía;
dulce y conciliador sin cobardía;
saber ganar dinero con poesía – para vivir un gran amor.
Es necesario saber beber whisky,
(¡con un mal bebedor nunca se arriesgue!)
y ser impermeable al qué dirán, que nada quiere con el amor.
Pero todo esto no sirve de nada,
si en esta selva oscura y desorientada
no se supiese hallar a la amada
-para vivir un gran amor.
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