Hellinger llamó ”Órdenes del Amor, a las leyes que actúan
como marco teórico para este método sistémico.
Estas leyes actúan como fuerzas, como la fuerza de gravedad; no pensamos
en ella pero siempre está presente. Estas fuerzas son esenciales para que el amor
fluya entre las personas con que estamos vinculados. A veces el amor se interrumpe y cuando esto
sucede es porque se ha transgredido alguna de estas leyes.
Las
constelaciones sistémicas nos permiten encontrar el desorden o desequilibrio para que
el flujo de amor se restablezca.
Estas leyes son
muy sencillas y lógicas:
1.
Orden y jerarquía: Los primeros tienen prioridad. Es necesario el respeto de las jerarquías
donde los hijos, por ejemplo, no deben inmiscuirse en los asuntos de los
padres. Ocupando cada uno su lugar se
reestablece el equilibrio sistémico.
2.
Pertenencia:
Todo lo que es, tiene derecho a ser tal como es. Es necesario reconocer que los otros tienen
todo el derecho de ser como son.
3.
Equilibrio y
compensación en el dar y tomar. Dar lo
que auténticamente puedo dar y lo que el otro puede tomar.
Revisar nuestra
vida de acuerdo a estas leyes nos enfrenta con nuestras creencias más profundas
y es así como los órdenes del amor se vuelven una filosofía de vida. Exige un cambio de paradigmas. Reconocer
que los otros tienen derecho a ser como son, nos exige también soltar las “recetas”
que tenemos para ellos. Esto nos libera,
porque a la vez ya no necesitamos cubrir las exigencias de otros para con
nosotros (incluidas las auto exigencias).
Un buen punto de
partida es tomarlo como una negociación, (empieza por negociar con uno mismo) en la negociación ambas partes tienen
algo que ceder.
¿Qué estoy
reclamando a la vida, a mi madre, a mi padre…?
¿Qué estoy
dispuesto a hacer para que la situación cambie?
No hay respuesta
correcta o equivocada, siempre será un punto de partida para tomar conciencia y
hacernos cargo de nuestra vida de una manera nueva.
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