CULPABLES
Cuando
hay una separación de la pareja tendemos a buscar culpables. En realidad no hay culpables. Es la relación que se da entre dos personas
que reaccionan muchas veces por lealtades a los anteriores, los padres, abuelos
o ancestros, y esto nos lleva a repetir patrones de relaciones que nos hacen
daño o no respetamos.
Algunas
veces una de las personas se siente víctima inocente y culpa totalmente al otro
y así se siente libre de errores. Víctima
de la vida, de la mala suerte o de cualquier otro culpable. Algunas veces arrastra en este juego a los
hijos (o alguno de ellos), lo cual empeora la situación pues al involucrar al
hijo entramos en un desorden que lo daña también.
Lo que
sana es la reflexión, pararnos sobre los propios pies, soltar la situación de
víctima, dejar de culpar al otro y asumir su parte en el juego, digamos, de la
pareja. Entender que toda relación es
una coparticipación de ida y vuelta, entender que solo podremos estar bien si
asumimos nuestra parte de responsabilidad.
Solo esta actitud nos liberará.
Por otro
lado, como hijo de padres separados, es sanador reconciliar en el corazón el
lugar de cada padre. Renunciar a las preferencias si acaso hemos tomado partido por alguno. Tomar nuestro lugar de hijo diciendo “yo soy solo el hijo,
hijo de ambos, y en sus asuntos no tengo nada que ver."
Las constelaciones familiares nos ayudan a lograr nuestro lugar como hijo, como padre o madre y en ese lugar es donde seremos mas fuertes y libres.
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