martes, 9 de mayo de 2023

La relación con la madre, una mirada de Bert Hellinger




Comparto un texto de Bert Hellinger sobre la importancia de tomar a la madre tal cual es.

A veces tuvo lugar un quiebre en la infancia.   Si la Madre se ausentó, mas allá de los motivos,  el niño, para protegerse, decide no  regresar ella nunca más. Todo lo que sucedió antes, los bellos y profundos recuerdos desaparecen y queda un profundo resentimiento.

Regresar al amor materno, sanar la relación con la madre nos permite volver a ser capaces de tomar y dar amor.   Las constelaciones familiares Comprender y aceptar la vida tal cuál fue y a todos tal cual son es un proceso de cambio

Ahora volvamos al tiempo previo a ese quiebre, volvamos a los recuerdos felices, a las imágenes felices y hagamos les un lugar en nuestro interior. Nos permitimos vivir esa felicidad temprana: la sensación de protección, la seguridad, la cercanía, la intimidad.

Con estas felices imágenes en nosotros nos animamos a dar un paso hacia nuestra madre. A pesar de la rabia, a pesar de la desilusión, por sobre la anterior decisión de no regresar a ella nunca más. Nos animamos a dar ese paso, un pequeño paso y mientras lo hacemos la miramos siempre a los ojos. – Entonces juntamos todas nuestras fuerzas y damos otro pequeño paso. – Y otro paso más, muy lentamente, siempre ella frente a nuestros ojos. – Tomamos coraje para el próximo paso, hasta que caemos en sus brazos abiertos. Finalmente de vuelta en casa.- Querida mamá.”

MEDITACIÓN
¿Cómo mirar a nuestra madre?
Pocos entre nosotros han mirado a su madre de cerca. ¿Quién  puede decir que ha visto a su madre, realmente visto, así como es?
Haré con ustedes un ejercicio, cómo mirar a nuestra madre, cómo aprender a mirarla. Cierra los ojos.
Nuestra madre fue niña una vez, igual que nosotros. Tuvo padres, nacida en una familia determinada, con sus destinos particulares, que a ella la han afectado y formado. A veces, alguien murió demasiado pronto, tal vez la madre o el padre o un hermano. O quizá estuvo alguien muy enfermo y todos se han preocupado. De niña ella también se preocupó y quizás dijo: estoy dispuesta a hacerme cargo de esto para que a otro le vaya mejor. Ya de niña fue acarreada por un destino ajeno.
Así la miramos. Y de repente nos percatamos de lo siguiente: nuestras expectativas o nuestras pretensiones con respecto a ella ignoran por completo lo que su alma ha movido, lo que su alma ha tomado de ella a su servicio para otro propósito. ¡Qué extraño resulta entonces el exigir y desear interiormente, y decirlo también, que ella esté totalmente aquí para nosotros, que no piense en nada más que en nosotros! ¡Qué pobres somos pues en nuestra alma! ¡Qué alejados del amor y de la felicidad!
Lo primero que nos queda por hacer es mirar a nuestra madre cómo a una mujer corriente con una historia, con una larga historia por parte de su familia. Esta historia la ha hecho humana, es decir imperfecta y justamente esta imperfección la hace especialmente bonita y simpática.
El comienzo de la felicidad es poder ver a nuestra madre con su humanidad y quererla tal como es. Entonces prácticamente nada se opone más a la felicidad.
Esto es el comienzo de la felicidad que permanece.”


Bert Hellinger

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