LOS ÓRDENES DEL AMOR
Son una fuerza invisible que rige los sistemas y vela
por su integridad. Cuando estos órdenes
son respetados fluimos con la vida y
vivimos una vida plena.
En el trabajo con constelaciones ayuda chequear como
estamos en relación a estas fuerzas que actúan en las dinámicas internas de los
sistemas. Preguntas tales como:
¿Qué quisiera que fuera diferente?
¿A qué le estoy diciendo que tiene que cambiar”?
¿Estoy excluyendo a alguien?
¿Considero que el otro tendría que ser o actuar
diferente?
¿Me considero superior? Inferior? Con más derecho que el otro?
¿Qué estoy reclamando?
¿Me gustaría que alguno de mis padres hubiera sido o
sea diferente? Que actúe diferente?
¿Qué me falta para decirle si a la vida tal cual
es?
nos ayudan a ir profundizando en los órdenes del amor y esto nos permitirá ir encontrando
nuevos caminos de solución para los distintos ámbitos de la vida.
El primer orden es la
pertenencia, donde todo lo que es, nos guste o no, tiene derecho a ser
tal cómo es. Muchas veces excluimos aquello
que nos causa dolor o vergüenza. Sin
embargo, vemos por ejemplo como hijos o
nietos de un adicto, siguen el mismo destino. A veces sucede que
tras una muerte temprana vemos
que un descendiente no toma plenamente la vida. En su interior le dice al
ancestro "te sigo" o “yo sufro como tú.”
El segundo orden nos habla de ocupar nuestro lugar en
el sistema, como hijos, como padres.
Suena muy lógico y a la vez vemos que a veces los hijos nos sentimos más
grandes cuando, por ejemplo, alguno de los padres faltó muy pronto y el hijo o
hija toma su lugar y se siente pareja del progenitor, así le costará más
adelante tener una buena pareja.
El tercer orden nos habla de la compensación, del
equilibrio entre el dar y el tomar. Para
que una relación florezca tiene que haber un intercambio más o menos
equilibrado. Dando lo que el otro puede
recibir, no más; dando lo que tenemos para dar auténticamente sin dar lo que no
tenemos. A veces pasa que cuando damos
mucho el otro no puede devolver y se
va porque es demasiada carga y no entendemos.