lunes, 22 de mayo de 2017

LOS ÓRDENES DEL AMOR

LOS ÓRDENES DEL AMOR

Son una fuerza invisible que rige los sistemas y vela por su integridad.  Cuando estos órdenes son  respetados fluimos con la vida y vivimos una vida plena. 

En el trabajo con constelaciones ayuda chequear como estamos en relación a estas fuerzas que actúan en las dinámicas internas de los sistemas.  Preguntas tales como:
¿Qué quisiera que fuera diferente?
¿A qué le estoy diciendo que tiene que cambiar”?
¿Estoy excluyendo a alguien? 
¿Considero que el otro tendría que ser o actuar diferente?
¿Me considero superior? Inferior?  Con más derecho que el otro?
¿Qué estoy reclamando?
¿Me gustaría que alguno de mis padres hubiera sido o sea diferente? Que actúe diferente?
¿Qué me falta para decirle si a la vida tal cual es? 

nos ayudan a ir profundizando en los órdenes del amor y esto nos permitirá ir encontrando nuevos caminos de solución para los distintos ámbitos de la vida.

El primer orden es la  pertenencia, donde todo lo que es, nos guste o no, tiene derecho a ser tal cómo es.  Muchas veces excluimos aquello que nos causa dolor o vergüenza.  Sin embargo, vemos  por ejemplo como hijos o nietos de un adicto, siguen el mismo destino. A veces  sucede que  tras  una muerte temprana vemos que un descendiente no toma plenamente la vida. En su interior le dice al ancestro "te sigo" o “yo sufro como tú.”

El segundo orden nos habla de ocupar nuestro lugar en el sistema, como hijos, como padres.  Suena muy lógico y a la vez vemos que a veces los hijos nos sentimos más grandes cuando, por ejemplo, alguno de los padres faltó muy pronto y el hijo o hija toma su lugar y se siente pareja del progenitor, así le costará más adelante  tener una buena pareja. 

El tercer orden nos habla de la compensación, del equilibrio entre el dar y el tomar.  Para que una relación florezca tiene que haber un intercambio más o menos equilibrado.  Dando lo que el otro puede recibir, no más; dando lo que tenemos para dar auténticamente sin dar lo que no tenemos.  A veces pasa que cuando damos mucho el otro  no puede devolver  y  se va porque es demasiada carga y no entendemos. 

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