“Honrando a
los padres, algo se arregla en las profundidades del alma. Todos nosotros hemos
llegado a nuestra vida gracias a nuestra madre y nuestro padre ¿Pueden estar
fuera de nosotros? Están en cada uno de nosotros. Somos nuestro padre y nuestra madre al mismo
tiempo y en la misma medida.” Bert
Hellinger
Sanar el vínculo con nuestro padre no depende para nada de las circunstancias de la relación actual o pasada con él. Es cuestión de incorporar en nosotros la fuerza y la vida que nos vino a través de él independientemente de la historia. Tampoco depende de que el padre cambie o no. Es una reconciliación en nuestro corazón, con todo tal cual fue.
Así como la madre nos da la alegría interna, el mundo
interno, el padre nos presenta al mundo externo y estar reconciliado con él nos
permite desplegar nuestro mayor potencial en el ámbito profesional.
Tomar a los dos padres nos da la realización profesional
y personal, el éxito y la abundancia. Aceptarlos tal cual son, sin juicios, sin pensar que debió ser diferente o
pretender cambiarlos. Agradecerles por la vida y hacer algo bueno con
ella…
Si la madre tiene rabia con el padre de sus hijos, los
niños crecen con esta sensación. A
pesar de todo, el niño ve a los padres juntos, están juntos en su corazón. De la misma manera la mujer tiene que
agradecer al padre de su hijo y reconocer
que en el hijo estará siempre presente el padre. Así libera al hijo para que pueda
tener una buena vida.