sábado, 29 de septiembre de 2018

“Perdónenme los muertos por mi felicidad” Silvio Rodriguez




Hace poco, escuchando  a Silvio Rodriguez me encontré con esta frase y la letra de la canción tuvo otra dimensión para mí. 

Lealtades, como escribía hace unas semanas. Somos leales a los nuestros más allá de lo que sabemos.   Consideramos que solo si seguimos siendo como fueron nuestros anteriores, pertenecemos;  creemos que no merecemos ser más felices de lo que ellos fueron.  Cuando en realidad los padres, salvo raras excepciones, desean y esperan que sus hijos vivan mejor que ellos. 
 
Sin embargo, el hijo siente que no puede superar al padre, que no puede triunfar si el padre o la madre no lo hicieron, siente que no puede tener una buena relación de pareja si alguno de sus padres lo abandonó, por ejemplo.  En algunos casos una hija se siente desorientada en su profesión si la madre no tuvo éxito en su emprendimiento o trabajo. Lo mismo sucede en caso de grandes pérdidas en generaciones anteriores de la familia, los nietos, por ejemplo quiebran un negocio floreciente para seguir al abuelo que también quebró o que fue estafado. Cada familia es única en sus lealtades.   
  
La conciencia es como una luz que ilumina el conflicto, la dinámica oculta que propicia estos bloqueos y fracasos.  En el trabajo en constelaciones en primer lugar descubrimos estas dinámicas y las frases sanadoras nos liberan de las promesas y mandatos que asumimos en el alma.  Decirle a los ancestros: “bendíganme cuando sea feliz, aunque ustedes no lo fueran tanto”  “Por favor mírenme con buenos ojos cuando triunfe en mi empresa, igual pertenezco y soy uno de ustedes”

viernes, 21 de septiembre de 2018

LIBERARNOS DEL ROL DE VÍCTIMA



 
Cualquier reclamo nos impide vivir el presente. Nos ubica en "el hubiera sido mejor si" y eso es negar la realidad.  Encontrar explicaciones alivia, Podemos entender de dónde viene tal o cual  sentimiento. Sin embargo la explicación, muchas veces,  solo  nos permite seguir en el papel de víctima, nos da derecho de sentirnos mal, a sentir "por qué a mí".

Por ejemplo, saber que mi padre o madre me maltrato me da derecho a tener cólera, sin embargo, esta actitud no me permite liberarm del sentimiento destructivo, no me permite ir hacia adelante en la vida y mirar el futuro con alegría.

Elaboramos una historia de nuestra tristeza y esto la legitimiza.  Es bueno empezar por cambiar la historia que nos contamos… tal vez a nivel más profundo el que el padre abandonara fue un acto de amor que nos permitió tener una niñez tranquila sin peleas o mal trato.
   
Lo que nos libera es soltar el pasado tal como fue, dejarlo atrás, aún sin explicación y así salir de reclamos y hacernos cargo de nuestra vida desde el adulto. 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

LEALTADES INVISIBLES, por amor las seguimos, con amor las soltamos.

Cuando los padres se separan,las consecuencias son serias para los hijos, porque como sabemos en el corazón de los hijos los padres siguen unidos y mientras más pequeños mas desconcierto les causa.  En algún momento de la vida mostrarán su lealtad al excluido.  Esto se ve por ejemplo en hijos maltratados que más adelante maltratan a sus hijos.  También en ocasiones cuando un padre muere joven, digamos a las 45 años, el niño o niña poco antes de esa edad puede fracasar en algún ámbito de la vida,  en lealtad al padre que se fue, lo puede tomar como fracaso o abandono.


Otro ejemplo: una mujer que se divorcia de un alcohólico toma la custodia de su hijo.  Tiene miedo que el hijo sea como el padre.   En un caso le dijo al hijo que el está libre de ser como el padre si quiere que y es así precisamente que el niño se libera   Cuando la mujer objetó:”Y si se vuelve alcohólico?” El terapeuta replicó: aún así...*

El efecto de este tipo de permiso y el respeto por el amado padre es que el niño puede alimentar su amor por el y aceptarlo como es  sin necesidad de serle leal. Si la madre se niega y dice no  puedes volverte como tu padre, el hijo, sin poder protegerse, será sujeto de la obligación sistémica de hacer esto para respetar el vínculo con el padre.

Así, siendo leal a un padre externamente e internamente a otro,   los hijos mantienen la familia unida. En realidad ningún padre triunfa sobre el otro.  Los niños secretamente imitan al villano,    muchas veces con consecuencias destructivas.  

Las parejas que se valoran no necesitan pelear por la custodia o el miedo de perder a sus hijos.
En el trabajo con Constelaciones Familiares se liberan estas lealtades y se pide permiso a los padres o ancestros para vivir mejor y salir de los compromisos que por amor adquirimos.

* Bert Hellinger