Alguna
vez hemos sentido nuestras estas palabras, la vida nos enfrenta con situaciones en donde
es muy fácil pensarlo y sentirlo. Ahora
que la vida nos esta poniendo al límite, inclusive podemos sentir que estamos
en prisión domiciliaria…
Ya hemos
comentado que el cerebro reptiliano, el primitivo, siente la amenaza de muerte
como algo muy real, por mas que los porcentajes de muerte por el virus sean
bajos, es una amenaza real. Y lo que
necesita el cerebro es correr en estos casos, y al contrario estamos
encerrados.
Entonces es muy fácil hacernos
esta pregunta: ¿por qué a mi?
No nos
ayuda, es una realidad, es una amenaza! Y nada podemos hacer mas que
cuidarnos.
Esto es estar en el presente, hacer un
análisis de la situación y decidir que Si puedes hacer.
¿ahora
qué hago? ¿qué recursos tengo?
¿qué
planes tenía que han sido cancelado o cambiados radicalmente?
¿por
qué a mi? Significa que en algún nivel
te sientes víctima.
En nuestra cultura
es mejor visto ser víctima que ser responsable,
es fácil echarle la culpa a los otros, al contexto, al mundo, a Dios…
De
hecho, si sientes que hay algo que mereces y hasta ahora no tienes … en el
fondo estas en una posición de víctima. Decir
si a todo tal cual es, empezando por ti mismo es el antídoto a esta posición
que es a veces muy sutil.
Asumir
tu responsabilidad sobre lo que está en tus manos es un buen comienzo. Un paso a la vez con decisión y
perseverancia.
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