Siempre oímos que hay que agradecer
cada día todo lo que tenemos, que una actitud de agradecimiento nos pone
en sintonía con el Universo, nos pone en pensamiento positivo para atraer lo
bueno, es verdad. Sin embargo, detengámonos a pensar un momento.
Hay tres niveles para agradecer el
tener, el hacer y el ser. Agradecer lo que tenemos es casi obvio y no
necesita explicación.
Agradecer lo que hacemos nos permite
agradecer nuestros talentos, nuestros dones, nuestras oportunidades y
educación y mirar con alegría nuestras nuevas posibilidades (que siempre
hay). Aquello de fluir en la vida viene por acá. A veces tenemos todo
planeado y estructurado y la Vida decide de otra manera, en ese caso nos toca
dar un giro y mirar que hay de nuevo, qué más podemos hacer.
Agradecer lo que somos y quienes somos por
el simple hecho de ser es también necesario. Muchas veces no lo
hacemos, No es una práctica diaria. Solo ser, está bien ser como
somos, agradecer ser como soy..tal cual.. agradecer el existir... el sentido de
la vida es vivirla, como los niños.
Agradecernos a nosotros mismos por los
esfuerzos, darnos reconocimiento por los logros, es parte del agradecimiento y
del asentimiento a la vida como es, y así será más fácil ser empáticos y
aceptar a todos como son, tal como son.
Mi abuela era una mujer talentosa,
pero esa es otra historia, y si, tenia razón al decir “yo misma me admiro.”
Y tú, ¿te agradeces a ti misma? Te invito a encontrar talentos que tal vez no has desarrollado? ¿Con qué disfrutabas de niña? ¿Qué talentos tienes que sientes que heredaste de alguien querido? Es más fácil de lo que crees.
Y tú, ¿te agradeces a ti misma? Te invito a encontrar talentos que tal vez no has desarrollado? ¿Con qué disfrutabas de niña? ¿Qué talentos tienes que sientes que heredaste de alguien querido? Es más fácil de lo que crees.
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