lunes, 1 de marzo de 2021

LIBRO DE RECLAMACIONES

 




LIBRO DE RECLAMACIONES

(no se acepta reclamos)

Cuanto más pronto salgamos del reclamo, más pronto podremos hacernos cargo de nuestra vida de una manera nueva, viviendo el presente sin tratar cambiar el pasado, pensando que pudo ser diferente.  Lo que fue, fue tal como fue. 

Lo que si podemos hacer es cambiar la historia que nos hemos contado y así cambiar el pasado.  Por ejemplo, sentimos que la vida fue injusta porque el padre nos abandonó; tal vez fue ese un acto de amor, tal vez la vida hubiera sido más difícil si él se quedaba, tal vez no pudo hacer otra cosa.  Ver a los padres como seres humanos imperfectos nos alivia, nos pone en nuestro lugar de hijo con respeto y gratitud hacia ellos.

La gratitud por la vida que vino a través de ellos, nos libera, ya que a pesar de sus debilidades la vida nos llegó completa.  Decir: “gracias por la vida tal como me vino, ahora yo me hago cargo” nos devuelve nuestra fuerza. 

Una de las características de nuestra sociedad es el juicio. “Esto es bueno, aquello malo, esto me gusta, esto no.”   Siempre estamos juzgando aquello con lo que nos relacionamos, con el entorno, con las personas, con el clima.  Si hay sol: ójala baje el calor; si no lo hay:  que pena que el verano no llega.   Todo forma parte de una realidad más grande que nosotros, que no comprendemos.  A esa Realidad, con mayúsculas, no le importa si estamos de acuerdo o no.

Nietzsche decía “realidad y perfección es lo mismo.”  Difícil entenderlo en los momentos que estamos viviendo.   El aceptar la realidad no significa conformismo, sino aceptación del pasado tal como sucedió.  Las palabras “Es lo que hay” de la sabiduría popular son una guía.  Una manera de hacerlo es solo centrarnos en lo que estamos haciendo como dicen los maestros orientales “cuando comas, come, cuando camines, camina.”  

Podemos tomar como ejemplo a los árboles que no se comparan.  Cada uno crece según su ser interno.  No están diciendo “mis raíces son delgadas, quisiera que fueran más gruesas” o “mis hojas son muy grandes, me gustan más las tuyas.”   El sauce no le dice al roble nada… solo crece cada uno a su manera, y en todo caso entrelazan sus raíces y comparten el alimento de la tierra y el calor del sol.  Tal como nosotros, lo que pasa es que esta conexión la damos por sentada.   Mientras más conciencia del lugar que ocupamos en la Tierra y de lo que hagamos afecta a todos, más confianza en la Vida experimentamos.

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