AUTOCRITICA, AUTOSABOTAJE, AUTOEXIGENCIA

 

AUTO CRITICA, 

AUTO SABOTAJE, 

AUTO EXIGENCIA

¨Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y lo llamarás destino" Carl G. Jung 

El antídoto para estas actitudes es el autoconocimiento, que es la principal herramienta de los líderes, porque al integrar el lado oculto de la personalidad podrá  entender sus actitudes y emociones  y las de su equipo y en general de cada persona con la que se relacione. 

Al tomar conciencia de los movimientos interiores, las propias emociones, reconociéndolas sin juzgar, asumiendo las emociones auténticas y no los disfraces, podremos tener una vida más en paz, con mayor comprensión hacia nosotros mismos y hacia los demás. 

Sabemos que la autocrítica puede ser un camino de superación, si, hasta cierto punto.  Hacernos cargo de nuestros actos y decidir ser responsables es un comienzo para iluminar nuestro inconsciente y empezar el camino de auto conocimiento.  Ayuda aquello de que “todo es reflejo de tu interior”  ya lo decía Herman Hesse “No hay más realidad que la que llevamos dentro.” 

Siempre las preguntas:  ¿en qué aspecto de mi vida me parezco a esa persona que me hace la vida imposible?   ¿Qué haría yo en la  situación que juzgo? Y si parto del principio “todo lo que es tiene derecho a ser tal como es”  ¿Qué cambia en mi juicio?

Carl G. Jung acuño el concepto de la sombra, el lado oscuro de nuestra personalidad.   Lo que no mostramos al mundo y que muchas veces ni siquiera nosotros conocemos, por eso es el lado oscuro.    El autoconocimiento trata de iluminar poco a poco ese lado desconocido en nosotros. 

Generalmente el auto sabotaje, la auto exigencia vienen de mandatos de la infancia tales como:

-        Tienes que ser el mejor.

-        Sé cómo tu hermano mayor.

-        Por qué siempre dejas todo a la mitad.

-        Así, nunca lo lograrás. 

Y otras frases por el estilo.  Esto se traduce muchas veces en bloqueos, indecisiones en la profesión, permanente insatisfacción  en algún aspecto de la vida.   Tomar conciencia y soltar los mandatos o promesas que hicimos cuando niños,  por fidelidad a nuestros padres,  nos permite vivir el presente, asumiendo la responsabilidad de la propia vida. 

Un proceso de coaching y constelaciones nos ayudará en muy pocas sesiones a tener una visión clara de soluciones nuevas para antiguas situaciones.

 

Pregunta y respuesta

 

"Uno debe de tener paciencia frente a todo lo no resuelto en su corazón."

Debe tratar de amar las preguntas mismas como a aposentos cerrados y como libros escritos en un idioma muy extraño.

Si uno vive las preguntas, tal vez en un lejano día, poco a poco, sin advertirlo, llegue a penetrar en la respuesta"

Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke.

¿Qué cambiaría si lo hiciéramos?

Cada pregunta tiene en sí la semilla de la respuesta, es solo cuestión de sentirla.   Hay varias técnicas para encontrar lo que está detrás de las preguntas que nos hacemos, en un proceso de coaching por ejemplo.   

Para profundizar y encontrar la verdadera razón de los cuestionamientos que nos hacemos. Empezamos por enunciar claramente la pregunta inicial  y  luego preguntamos por qué y por qué y por qué cinco veces y vamos a encontrar la respuesta al nivel más profundo, al nivel esencial. En donde las respuestas serán algo como. “Para tener paz” “para encontrar mi misión” “para ser feliz”  y desde ahí la pregunta se transforma.

Hagan la prueba, se sorprenderán.

 

¿Donde está tu pasado?

 

“El corazón del que ha comprendido que el presente está en resonancia con el pasado tanto en lo bueno como en lo malo late  en sintonía con el mundo”.

Bert Hellinger

Estar en sintonía con el mundo es aceptar la realidad como es. A todos como son.  Todo lo que es tiene derecho a ser tal como es.  

Para lograr tal sintonía con el mundo, con la vida tal como es, la reflexión y reconciliación  empieza por tomar a los padres tal como son, los hechos tal como fueron. Una y otra vez.  En este sentido se trabaja como con capas de cebolla, nuestro inconsciente va soltando la información que podemos procesar.  Y es por eso que es un proceso.

Rechazar algún aspecto de la vida nos lleva a pensar que algo de nuestros padres estamos rechazando, de los abuelos o estamos en resonancia con algo inconcluso de alguien en el sistema familiar.    Tal vez quisimos que algo  hubiera sido diferente.   Cuando el rechazo es permanente puede llegar a producir enfermedad.   El cuerpo acumula las emociones no procesadas.  

Un ejercicio práctico es preguntarnos. ¿Donde está mi pasado?  Miremos por encima del hombro y tal vez lo veamos.  No está aquí,  es una idea, es la historia que nos hemos contado.  En realidad está en nuestra mente y en el cuerpo.  El seguir pensando en lo que no fue, en lo que faltó.  Es como estar viviendo desde las heridas, lo que hace que no podamos estar en  el presente.   El pasado ya paso...  y si, soltarlo requiere primero mirarlo, ponerse en paz con él para poder dejarlo ir.   Es una decisión adulta.

Frase que nos ayuda: gracias papa, gracias mamá, lo que me dieron fue suficiente, del resto me ocupo yo.   Las palabras tienen fuerza y al repetirlas, aún sin sentirlas, van tomando forma en el corazón.