¡FELICES FIESTAS!
(El pato de la laguna dorada)
Yo tenía una tía muy querida, la tía
Chilita que jugaba cada día con lo que la vida le traía y cuando se trataba del
Nacimiento, lo armaba como un juego, de una manera muy ecléctica, siempre
riéndose. Ponía el barrio elegante (las casitas tenían luz interna), el barrio
sin luz, el barrio chino, el campo de flores, los cerros. No
necesariamente correspondían los tamaños.
El detalle que me encantaba era el “pato de la laguna dorada” que era
una patito de bronce sobre un espejito antiguo.
En su nombre yo hago lo mismo.
Así mantenemos vivo el espíritu infantil de juego. El niño interno. Aprovechar la Navidad para
volver a la inocencia del niño.
La Navidad se trata de recibir a Jesús en el corazón, a pesar del caos del tráfico y de lo difícil de la situación mundial. La luz de una vela ilumina un hangar, y nos permite avanzar. Esa es la proporción. Seamos luz en nuestras familias, en nuestro entorno, así abrimos caminos para lograr la masa crítica con la que de verdad, con esperanza, podamos vivir en un mundo mejor. Para el año nuevo hagamos el propósito de tener un rato de calma cada día desde donde podamos decidir mejor cómo vivir y es día a día, pensamiento a pensamiento.
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