lunes, 6 de agosto de 2012

COMPARTIR GENERA DIVIDENDOS





La fuerza de un equipo radica en maximizar el talento de cada uno de sus integrantes; para esto es necesario que cada persona que participa del equipo se sienta involucrada, responsable, casi indispensable (aunque sepa que no lo es tanto).  Como se dice coloquialmente “que tenga la camiseta puesta." De esta manera se logrará que "la inteligencia del equipo supere la inteligencia de sus integrantes", como dice Peter Senge*

En una empresa donde se dialoga democráticamente, donde cada participante sabe todo lo que necesita de la gestión de la empresa,  se siente acogido y respetado. Así mismo siente que su colaboración será valorada, entonces cada persona dará lo mejor de sí misma en beneficio del equipo; la visión compartida será tenida en cuenta en el desempeño diario y el liderazgo hacia los objetivos será sostenido en el tiempo.

Así,  miembros de la empresa identificándose con el propósito de la empresa, se sienten sujetos de confianza, esta confianza genera autoestima, que es fundamental para automotivación que a su vez redunda en valor para la organización.

En lo que respecta a la vida  personal se trata de recibir con una mano y dar con la otra.  Cuando descubrimos algo que nos es útil, que en sentido amplio nos ayude a mejorar algún aspecto de la vida, es generoso estar abiertos a compartirlo.  Interiorizar el concepto o la experiencia y luego compartirla para que el otro aprenda, tal vez sin esfuerzo, lo que uno aprendió.  Sucederá muchas veces que habiendo aprendido algo la vida nos presentará casi inmediatamente alguien que comparta con nosotros el problema y  compartiendo nuestra experiencia el otro podrá encontrar su solución. Mientras mas conciencia tengamos de esto más evidente se hará.

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