Imaginemos
un día de playa, que rica sensación… el sol, la arena, el mar, buena compañía,
algo que quite la sed y el hambre… fácil
fluir así.
Cuánto nos
costó llegar a la playa es otro cantar.
Programar el día, preparar las cosas, soportar el tráfico. Ya empezamos a hablar de control y no de
flujo.
Qué quiero
decir con “control”
Querer que
todo salga bien,
Querer que
sea como tú quieres,
Esperar que
el otro llegue puntual, cuando sabes que no lo hará,
Pensar que
tu manera de hacer las cosas es la mejor.
En fin,
creer que organizar todo es ser líder, es a veces confundir el liderazgo con el
ser controlador. Cosa que a nada bueno
conduce.
Fluir se
trata más bien de tomar las cosas como vienen,
aceptarlas y tomar las riendas. En palabras de Bert Hellinger “decirle sí a la vida tal como es” y de ahí, fluir. Por supuesto no quiere decir que debemos
sentarnos a esperar que el devenir de los hechos transcurra y sólo observar,
pero si moldearnos a las circunstancias si éstas cambian inesperadamente y
hacer lo mejor posible con lo que se presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario