Rafael
Echevarria es el autor del libro “La
ontología del lenguaje”, libro fundamental en el Coaching. Echevarria propone que somos seres
lingüísticos, puesto que vivimos en el lenguaje y toda nuestra vida se
desarrolla por medio de este. El
pensamiento, por ejemplo es experimentado desde
el lenguaje, aquello que no tiene palabras no puede ser pensado.
El
lenguaje no sólo nos permite hablar, es
también generativo, es decir el lenguaje
es acción, crea realidades. Los seres humanos, al hablar, hacemos
declaraciones, afirmaciones, promesas, pedidos, ofertas. Estas acciones son
universales. No sólo actuamos de acuerdo
con cómo somos también somos según actuamos. La acción genera ser.
Al
hablar como hablamos, decir lo que decimos de determinada manera, abrimos o
cerramos posibilidades para nosotros mismos y para otros. Cuando hablamos proyectamos y creamos mundos;
tanto desde lo que hablamos como desde lo que callamos. Además según lo que interpretamos al
escuchar, nuestra realidad se va construyendo y en esta realidad cotidiana
construimos el ser que somos.
Echevarría propone que además de ser
generativo el lenguaje es
descriptivo. A veces describe
realidades, cuando simplemente hablamos
sobre sucesos o asuntos en los que relatamos, sin juicios, lo que vemos;
a veces las genera cuando declaramos, por ejemplo, que viajaremos el mes
siguiente, que queremos cambiarnos de trabajo, etc…
Nos habla también del poder de las
conversaciones, de la importancia de la narración de historias en la vida humana. Explica las diferencias entre estados
emocionales y estados de ánimo. Luego de
transitar por un profundo análisis sobre el poder, que según él empieza siendo
una distinción lingüística, nos dice que el principal poder de la persona es el
de crear su propia vida, decidiendo que crea para su futuro, “creando desde la
inocencia del juego” y así hacer de su
vida una obra de arte.
En los
últimos párrafos del libro cita a Nietzsche: “Al
concebir al ser humano como artista, Nietzsche sostiene que necesitamos del
arte como disposición pues, sólo desde él, logramos alejarnos del sin sentido
de la vida. “El arte hace la vida
soportable. Y sólo el arte es capaz de
conferir a la vida el sentido, que ella de por sí no nos proporciona, de que
ella merece vivirse. Desde la
disposición del artista, le inventamos el sentido a la vida, sin el cual no nos
es posible vivirla…”… “Sólo el arte nos
permite olvidarnos de nuestras
limitaciones.” Como comprenderán
comparto plenamente su conclusión. ¡Salud
Rafael!